
En muchas comunidades de propietarios sigue existiendo la clásica “vivienda del portero”, un espacio que en su día fue imprescindible y que hoy, al quedar en desuso, se convierte en una oportunidad económica… si se gestiona correctamente.
La pregunta es recurrente: ¿qué hacer con la vivienda del portero para que resulte legal, útil y rentable? Tomar una buena decisión requiere combinar normativa, análisis económico y visión estratégica.
Desde Administración de Fincas Heredero, especialistas en la gestión de comunidades, explicamos las alternativas más seguras y rentables, y los pasos imprescindibles antes de actuar.
Antes de plantear cualquier destino para la antigua portería, la comunidad debe saber exactamente qué es jurídicamente ese espacio. Este punto definirá el tipo de acuerdo necesario, la viabilidad del cambio de uso y el margen económico disponible.
Los aspectos clave a comprobar son:
Un estudio jurídico profesional es esencial para no iniciar un proceso que luego quede bloqueado.
Las comunidades suelen debate entre vender o alquilar la vivienda del portero. Ambas opciones son válidas, pero sus consecuencias son muy distintas.
Es la alternativa preferida cuando el edificio necesita acometer obras de importancia o desea reducir la carga económica de los propietarios.
Ventajas:
Eso sí, conviene actualizar coeficientes, revisar el título constitutivo y realizar una tasación precisa para evitar vender por debajo de su valor real.
Es ideal para comunidades que buscan mejorar su salud económica a medio y largo plazo, sin renunciar al patrimonio.
Beneficios:
Esta opción implica obligaciones (contratos, mantenimiento, cobros…), pero externalizarlas con un administrador evita riesgos para la comunidad.
La antigua portería no tiene por qué destinarse exclusivamente a vivienda. En muchos casos, su tamaño y ubicación hacen viables otros usos especialmente rentables:
El cambio de uso debe ser compatible con la normativa municipal y con el régimen del edificio, por lo que es indispensable un análisis técnico previo.
Determinar el valor real del inmueble es uno de los pasos que más impacta en la rentabilidad final.
Para ello, es recomendable:
A menudo, una pequeña inversión en adecuación multiplica el valor del activo. La clave es estudiar la relación coste–beneficio con datos, no con intuiciones.

Nuestra experiencia indica que:
Cada comunidad tiene su propio contexto, y una decisión acertada siempre parte de un análisis técnico, jurídico y económico conjunto.
La antigua portería puede ser uno de los activos más valiosos del edificio, pero solo si se gestiona correctamente desde el inicio. Si vuestra comunidad está estudiando opciones, en Administración de Fincas Heredero podemos realizar un análisis completo (jurídico, económico y técnico) y orientar hacia la alternativa más segura y rentable.